miércoles, 7 de agosto de 2013

El Puente de Fierro

Recuerdo aún aquellas primeras veces que cruzaba el Puente Bolívar, conocido tradicionalmente como el “Puente de Fierro”. Recuerdo que le preguntaba a mi padre cuan largo era, tenía una enorme curiosidad por saberlo; entonces él intentaba medirlo con el tablero del kilometraje en el carro para responderme, aunque de seguro yo no aun comprendería realmente su magnitud.


Reconozco que al cruzarlo me invadía una sentimiento de temor y nervios al mismo tiempo. ¿Cómo no sentir temor ante su inmensidad? Parecía un viaje interminable para mí en aquellos años. Un viaje de 488 metros.

Hace mucho se extinguió esa sensación, los nervios y el temor se esfumaron en algún momento, pero lo que nunca desapareció y de seguro no lo hará, es la cautivadora experiencia de contemplar lo sui generis de nuestra patria. Su hermosura eterna.

Construido en 1882, diseñado por Gustave Eiffel. Si, el diseñador de la torre de París. Pero como buenos arequipeños deberíamos preguntarnos, ¿Eiffel? ¿El diseñador del techo de nuestro Mercado San Camilo? Y aunque son datos ya conocidos no está demás mencionarlos. Sin embargo algo que no todos conocen es su verdadero motivo de construcción. Su importancia vital en aquel año era permitir el cruce de un ferrocarril sobre él, siendo este el medio de transporte por excelencia de la época.

Solo una arquitectura increíble podría soportar las cargas y maquinarias férreas que cruzaron su extensión. Pero no es esto lo único que le daría a este puente su encanto y renombre, siendo por siete años a partir de su construcción el más largo del mundo y ocupando hoy el 7mo lugar en la lista por la misma virtud. Sino que su ubicación es de vital importancia, pudiendo ser sin duda a la vez un mirador. Su panorámica vista considerada por muchos la mejor de la campiña arequipeña, al poder obsérvala en perfecta unión con nuestros guardianes Misti, Chachani y Pichu Pichu, y con su protegida cuidad.


Cruzando de manera precisa la mencionada campiña y uniendo a la vez la margen izquierda de la Cuidad Blanca con su margen derecha. Parece haber sido ubicado por Dios mismo, pues desde el parece verse el “mismito” paraíso. Paraíso que lamentablemente también  se vio atacado hace algunos por la incompetencia. Esta buscaba encementar sobre el esfuerzo de nuestros antepasados, chololos colorados que hicieron de estas tierras la más milagrosa fuente de alimentos para su pueblo. Gracias al cielo que es testigo se viene demostrando que primero muere el último de los “AREQUIPEÑOS” y luego muere nuestra campiña y el Puente de Fierro.

Haberlo permitido sería como permitir la venta de la Catedral, lotizar nuestra Plaza de Armas y ofrecer habitaciones en el Monasterio de Santa Catalina. Renunciar al legado para nuestro futuro. Resignarnos a olvidar el sonido del Rio Chili debajo nuestro, recorriendo su cauce y mojando las faldas de la Machiruna. Esta inmensa roca que se conoce por ser la mítica puerta de ingreso hacia el hogar de la sirena del Puente de Fierro, hija de la legendaria sirena del Puente Bolognesi. Dos de tantas leyendas que alberga nuestro pueblo characato de las que sin duda leerán entre mis motivos de este infinito orgullo.


Luego de esta corta remembraza me despido, permitiendome antes sugerir que no dejen de alimentar en cada uno el amor por lo nuestro. La próxima vez que crucen nuestro viejo puente no olviden de observar nuestra campiña, nuestros volcanes y nuestra ciudad. No importa hacia donde miren, igual sentirán magia. LA MAGÍA DE AREQUIPA.


GLOSARIO:
-Mismito: Arequipeñismo con referencia a mismo.
-Sui generis: Unico en su genero.
-Chololos: Mestizo arequipeño.


Jonathan Barrios Gómez

07/08/2013

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